Continúa Historia de la Estafa de los Seguros Y la SVS

Parece que ahora la cultura involucra conocimientos especializados más allá de lo que se puede leer en un acuerdo, contrato o convenio. ¿Se sabe, por ejemplo, que cuando se tiene asegurado el contenido de un local comercial – mercaderías, especies y muebles – esto queda descrito y debe ser actualizado en cada variación, lo que tiene lógica; no se puede cobrar un seguro si la especie no está descrita, correcto, pero si existe una mercadería no detallada y por la cual no se pide el pago, si es afectada en un siniestro, el liquidador la retira y pasa a ser de propiedad de la aseguradora? ¿Cuán culto hay que ser para esto? Si no está establecido en la póliza, una persona culta ¿debe saber lo que es el infraseguro? Si una compañía de seguros compra la cartera de otra, y esto es comunicado por medio de una carta al asegurado, firmada por el Gerente, en la cual se le informa que las condiciones originales de la póliza contratada permanecerán invariables – como lo estipula la ley, por lo demás - ¿Cuán culto hay que ser para saber que esa carta es un engaño y lo que contrató por indemnización de UF 2.500 originalmente, la nueva aseguradora emite una póliza - que no le envía - en la que establece una indemnización de solo UF 10, pese a que sigue por años cobrando la prima original? ¿Cuán culto hay que ser para entender que la Superintendencia de Valores y Seguros nada dice de estos mafiosos manejos?
Por muy culta que sea un ciudadano, siempre estará expuesto a engaños, sinverguenzuras, estafas, aprovechamientos de quienes se amparan en ciertas especializaciones comerciales y que quedan bajo el amparo y protección de organismos estatales que actúan en concomitancia permisiva dejando en indefensión al ciudadano que, por principios basales de su razón de ser, debieran proteger.