Razones que Pueden LLevar a las Faltas de Respeto a las Autoridades

Sin duda no se puede aceptar que nadie se exprese descomedidamente de una autoridad. Por el camino de las inmotivadas descalificaciones ya estamos llegando a que solo existan en el país dos grupos enemigos: los buenos y los malos. Los malos son los demás, los buenos nosotros.
Esta situación de intolerancia es alimentada, lamentablemente, por actitudes, acciones o declaraciones de las propias autoridades, en algunos casos. Esas actitudes generan rechazos y el rechazo conlleva a la irracional actitud de ofender o a expresarse descomedidamente.
Puedo ejemplarizar con dos circunstancias mi punto de vista.
Primero: el Intendente plantea que ya se ha iniciado la construcción de un aeropuerto en Chiloé Insular. Sin embargo, desde hace mucho tiempo no he logrado que autoridad alguna, ni el Ministro de Obras Públicas (el anterior, Sr. Bitrán) ni la Directora de Aeropuertos, quien me ofreció una respuesta de parte del señor Intendente, entreguen una justificación técnico-económica para construir un aeródromo – ahora se dice sería aeropuerto – en circunstancias que con una enésima parte de lo que se gastará en lo proyectado, se puede ampliar el excelente aeródromo Pupelde actualmente en servicio, con edificio terminal, torre de control, pista ampliable y con una ubicación incomparable con cualquier otra locación. La falta de información molesta e irrita.
Segundo: El señor Gobernador de Chiloé, mencionado por el Intendente, ofreció “disculpas” a los que encabezaron la protesta en la Isla cuando ellos le manifestaron que Carabineros había “agredido” a los pescadores que habían bloqueado la carretera, faltando no solamente a las normas legales, sino también a lo prometido por los organizadores de la protesta. El bloqueo es una falta muy seria y que ocasiona cuantiosos daños a la sociedad. Carabineros tiene la obligación de actuar para volver las cosas a la normalidad. Que el Gobernador diera “explicaciones” porque Carabineros cumplió con su deber, conlleva a la pérdida de respeto a una autoridad que ampara situaciones ilícitas y las promueve. El camino a la insolencia queda abonado.