lunes, octubre 06, 2008

Chilolac, una Enseñanza, una Esperanza El Insular 6 Octubre

Ha sido tranquilizador comprobar el renacer de Chilolac, aunque ya no como cooperativa, pero en manos de chilotes cuya habilidad empresarial es conocida, lo que augura tranquilidad para los cientos de pequeños productores lecheros.
No dejó de entristecer a muchos ver esa planta levantada con el trabajo, el esfuerzo y el dinero de más de mil chilotes y que fuera una fuente de ingresos para cientos de familias, ahora en manos de otros legítimos dueños.
Los sucesos que llevaron a la quiebra de Chilolac, nos deben servir de dura y costosa experiencia.
Deberemos recordar siempre que el sistema cooperativo, al igual que la democracia, lleva en sus fundamentos el germen de su propia destrucción. Cuando se privilegian los intereses personales sobre los del grupo, cuando se abusa de sus beneficios y no se respetan sus obligaciones, cuando se eligen representantes por compromiso o simpatías sin reparar en su honestidad, capacidad o responsabilidad, se está construyendo el principio del fin de una cooperativa, de la democracia.
Eso sucedió con nuestra cooperativa. No se fue capaz de poner atajo a los abusos y aprovechamientos de algunos. Se eligieron Consejeros sin avaluar adecuadamente sus cualidades personales y profesionales. Halagaban con aumentos de precio por litro en fechas próximas a elecciones, pero no exigían mejorar la calidad de la leche. Engañaban, pero eran nuevamente los elegidos.
Hoy, en la etapa que se inicia, existen importantes obligaciones como productores lecheros. Se debe comprender que nace una verdadera “sociedad” entre la planta y los productores. Ambos se necesitan. Unidos se potencian.
Sin una administración técnica, económica y eficiente la planta no podrá generar las legítimas utilidades que sus dueños esperan. Sin una leche sana y de buena calidad, los productores no tendrán el precio que legítimamente esperan. Sin leche de calidad, Chilolac no puede entregar productos de calidad. Esa es la “sociedad” que ahora se debe defender y en la cual hay que poner el máximo empeño.
Tampoco debemos olvidar que los productores están pasando por muy críticos momentos. Las políticas económicas que se hicieron fuertes en los años ochenta, fueron bajando el precio por litro en directo beneficio de las plantas elaboradoras de productos lácteos.
El precio recibido hoy, es inferior, con los reajustes pertinentes de la moneda, al que se recibía en los ochenta.

A esta situación se debe sumar las últimas y desorbitadas alzas de los insumos como alimentos concentrados, fertilizantes y productos veterinarios. El superfosfato triple ha aumentado, en los últimos seis meses, más de un 130 %. La urea, comparando meses de junio 2007 y 2008 aumentó un 110%.
No hace falta detallar las alzas de los concentrados, todos la sufren mes a mes. El correcto cálculo de costos para producir leche, señala claramente una pérdida importante por cada litro de leche entregado a las plantas.

¿Cómo debemos enfrentar esta situación para una operación rentable de Chiloac y un precio por litro al productor que cubra sus costos y entregue alguna utilidad?
Para la planta es preocupación de sus dueños, sin que sea indiferente al productor el limitante dado por el mercado a los productos lácteos en materia de precios y el esfuerzo que se debe hacer como productores por entregar más y mejor leche. Los productores están comprometidos, junto con la ineludible mejora de la calidad, a aumentar la productividad. Animales con mejor genética utilizando la inseminación artificial y mejor aprovechamiento de las praderas con cercos eléctricos, son dos recomendaciones elementales.
Dada la experiencia comercial de los nuevos dueños de Chilolac, es dable esperar vean en la comercialización de productos como alimentos concentrados, veterinarios y de fertilización, una posibilidad comercial que podría redundar en precios significativamente más bajo para los productores, considerando los volúmenes, que se trata de un mercado cautivo y con certeza de pago mediante descuento de la producción lechera. Una baja en el costo de estos insumos para los productores disminuiría la presión por precios rentables por la leche entregada a la planta.
Ahora bien, si no se logra una ecuación de rentabilidad de la planta, determinada por sus propietarios, con un precio también rentable para los productores, en el muy corto plazo se deberá analizar salidas para los productores. Una de las cuales aparece como la más inmediata, sería el cambio al rubro carne. Los consultores, INDAP y el SAG, son tres fuentes a las que se debería recurrir para obtener recomendaciones profesionales sobre las medidas a implementar.
Igualmente, si no es posible obtener precios rentables por la leche, se debe encargar a las empresas consultoras acreditadas, el estudio para crear pequeñas empresas –para lo que existe el apoyo crediticio estatal - productoras de lácteos de calidades espaciales ya que se encuentran nichos en el mercado para pequeñas producciones de quesos, manjares, y mantequillas finas.


Por otra parte y teniendo presente que lo ideal es que funcione la “sociedad” entre productores y Chilolac, la fluidez de las comunicaciones debiera ser algo relevante. Las organizaciones de pequeños productores respaldados por personerías legales, existentes a la fecha, aparecen como interlocutores válidos, que podrían ser el inicio de la búsqueda de estas vías de comunicación productores-planta. Una de ellas es la Agrupación Productiva de Pequeños Agricultores Nor-Oriente de Ancud, con Nº 1.170 del Registro Organizaciones Comunitarias, Territoriales y Funcionales, que concentra a más de 70 pequeños y medianos productores lecheros.
Sin duda pueden aparecer otros caminos. Con seguridad los dueños de Chiloac tendrán sus planes, metas y objetivos ya trazados, pero lo importante es que todos aúnen esfuerzos, voluntades, dedicación y trabajo para que el éxito corone estos esfuerzos de productores y de la familia Becker. Obras son amores y no buenas razones.

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