lunes, octubre 20, 2008

Meditemos las Elecciones del 26/10 El Insular 20 Octubre

Con seguridad ya casi todos tenemos nuestra decisión tomada en la votación del próximo sábado 26. Es hora de meditar y analizar nuestra decisión, especialmente sabiendo que durante cuatro años nuestros dos candidatos, uno conducirá y el otro vigilará el funcionamiento de nuestra Comuna.
No se puede negar que existen compromisos para elegir. Pueden ser políticos, de amistad, de lealtad, de dependencia, vuelta de favores y otros múltiples motivos. Ojalá que esos motivos no contradigan nuestra conciencia. Comprendamos muy bien que ese simple acto de entrar en la cámara secreta y enfrentarnos a una lista con lápiz en mano, es un acto muy solemne y significativo para la democracia y para que nosotros comprendamos nuestra propia importancia como ciudadanos, pues se nos está dando la oportunidad de decidir quienes serán los mejores para conducir nuestra Comuna.
Compromisos u obligaciones nos hacen olvidar los fines que defienden y propician los partidos y conglomerados políticos en un justo derecho del ejercicio soberano de pensar y exponer sus ideas sin restricción, más allá de las claramente establecidas para todos en las leyes y normativas que nos rigen.
En el mundo en general se habla de dos grandes grupos políticos que, con diferentes nombres representan lo que se denomina como Izquierdas y Derechas, denominaciones que vienen de antiguo desde Europa y que dice relación con la posición que tenían estos grupos en sus parlamentos.
Sin grandes variaciones las Derechas representan y propician las ideas que sirven a los fines de los grupos de poder económico y que consideran que el progreso se alcanza mediante las grandes empresas, industrias y centros de gran producción. Estos grandes conglomerados generan los empleos mediante los cuales, dicen en las Derechas, se va alcanzando el progreso de la nación. En Chile esto fue muy claramente expresado en la famosa frase “la política del chorreo”, es decir que de las ganancias de los grandes poderes “chorrearía” para los trabajadores. Para la consecución de sus fines, las Derechas emplean a sus parlamentarios que, siendo de partidos diferentes pero representantes de la Derecha, tratan que las legislaciones les sean favorable y se oponen a los que estiman perjudican a sus intereses. Siempre propician las rebajas de impuestos a las utilidades y se oponen a las que beneficiando a los trabajadores pudieran disminuir sus utilidades. Estos dos ejemplos son los que permiten mejor retratar la función de los parlamentarios de Derecha, sin que ello signifique no estén muy pendiente en lograr mejores condiciones y beneficio para sus inversiones, excepciones y rebajas de impuesto, beneficios para la entrada de capitales extranjeros, garantías para sacar del país sus utilidades, se izquierdizan para pedir al estado el control del precio del dólar y para que les financie la liquidez de los bancos, pese a sus grosera utilidades. Igualmente tratan que el Estado les traspase aquellas empresas que son muy rentables. Emblemático es el eterno esfuerzo para que se privatice Codelco, por ejemplo. No olvidemos que se quedaron – entro otros cientos de empresas – con Chilectra (vendida a los españoles en una muy oscura negociación) con LanChile, Ladeco, Iansa, Soquimich, y un largo etc.
En cuanto a las Izquierdas, que en Chile, igual que las Derechas, esta compuesta por varios partidos. Sus parlamentarios tienen su norte en el beneficio social y, en la mayoría de los casos, pretenden que el Estado sea el encargado y responsable de proporcionar a los ciudadanos, lo concerniente a la salud, la educación y la habitación. Es en el logro de estos tres objetivos fundamentales, en donde se producen los más fuertes desencuentros con las Derechas, ya que para poder lograr que el Estado los proporciones – Salud, Educación y Vivienda- son necesario los impuestos y, ya leíamos, esto no es aceptado por las Derechas pues argumentan que gravan su desarrollo. Otra preocupación de las Izquierdas son los trabajadores. Se buscan las legislaciones adecuadas para permitir un salario justo, condiciones de trabajo seguras y dignas y la seguridad del empleo. Como de siempre en nuestro país ha existido un malsano enfrentamiento – con razones en pro y en contra – entre capital y trabajo, no se hace fácil que las partes comprendan las realidades del otro. Muchas veces pseudos dirigentes con mala formación, entusiasman y predisponen a los trabajadores en contra de los empresarios, sin detenerse a analizar seria, profesional y responsablemente la situación de la empresa. Por otra parte a diario leemos como grandes empresarios, con inversiones millonarias en dólares en el extranjero, hacen torcidas maniobras para impedir la sindicalización de los trabajadores, o para eludir pagos de vacaciones, indemnizaciones y mejoras salariales. Lamentablemente las dos situaciones descritas, malos dirigentes de los trabajadores y malos empresarios amparados en sus potentes organizaciones, contribuyen a que no se logre un diálogo sincero y leal, como debiera ser. Esto permite la caricaturización de ambos conglomerados políticos.
Al margen de estas clarificaciones se encuentran los politicastros de uno y otro lado, de todas las pintas y colores, que para nada hacen honor a sus cargos. Que con mezquinos intereses se olvidan que fueron elegidos por representar uno de estos conglomerados políticos, aunque para justificarse han creado lo que llaman Centro. O sea, ni chicha ni limonada, solo muy personales intereses. Otros aparecen como Independientes, olvidando que la Política es el arte de gobernar, en otras palabras hay que ser político para pretender tener un cargo en el gobierno comunal o en el Parlamento. Esta posición de “independiente” nos suena a los que se auto designan como “católicos prácticos” y confiesan “creo en Dios, en la Iglesia, pero no en los curas, ni voy a misa ni mucho menos pago mis diezmos” En otras palabras usan una institución, Gobierno Municipal o Parlamento, pero solo para hacer lo que estimen, sin atenerse a que se conozcan sus principios doctrinarios ni filosóficos para saber como ese personaje actuará en determinadas circunstancias o exigencias. Todos sabemos como actuarán – aunque no estén en funciones – un carabinero, un cura, un enfermero, en caso de un accidente, pero no sabemos como reaccionará la señora Juanita, ni el señor Moya.
A no olvidar que debemos conocer lo que más podamos sobre el ideario político, sus actuaciones, su desempeño vecinal y lo más importante, los reales y profesionales conocimientos que nuestros elegidos tengan del manejo municipal. Las lealtades no deben confundirse con el servilismo. Son cosas muy diferentes.
Ojalá nuestra madurada decisión sirva para el progreso comunal

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