¿Qué Pretenden con la TRANSPARENCIA?

¡Cómo nos agradaría una sociedad en que no se cambiaran los nombres a las condiciones o cualidades! Hoy se dice tercera edad, no vejez ni ancianidad. Hoy se usan las mesas de diálogos para decir comisiones. Antes los partidos políticos tenían una concepción filosófica, hoy simplemente no la tienen o se llaman instrumentales. Los vendedores hoy son ejecutivos de ventas. Los técnicos son ingenieros de ejecución. Lo que conocimos como honradez, cumplimiento de obligaciones, hoy le decimos transparencia.
Lo más lamentablemente es que, como se asume que no se actúa correctamente, se crean organismos que van más allá de lo que nos tranquilizaba y se llamaban Tribunales de Justicia y Contraloría General de la República. Hoy son las indolentes e inútiles Superintendencias de Valores y Seguros, Superintendencia de Bancos e Instituciones Financiera, para citar solo las más despreocupadas del simple contribuyente. Como si fuera poco tenemos la Comisión Asesora Presidencial para la Defensa del Ciudadano, pero que no tiene atribución ni eficiencia alguna pues solo se han preocupado de darle un lindo y esperanzador nombre, pero no las herramientas para que cumpla sus funciones. Vemos ahora una organización, Chile Transparente – no Chile Honrado y Cumplidor de sus Deberes – que, sin duda alguna, tiene excelentes ideas y mejores intenciones de cumplir alguna función ciudadana, pero, ¿tendrá las atribuciones necesarias? ¿Qué pasará con las larginombre Superintendencias de esto y lo otro? Estimo –viejo cándido - que lo necesario es simplemente que cada funcionario público cumpla sus funciones con honradez y apegado a las normas que rigen sus obligaciones. Que se termine la aberrante indolencia que domina a las instituciones del Estado. Una muestra indesmentible es que nunca leemos una respuesta o aclaración a los miles de fundados reclamos y denuncias que a diario leemos en la prensa.