sábado, febrero 02, 2008

Cuando la ignorancia se confunde.

Las pasiones generan osadías. La falta de argumentos, engendra falacias. La ignorancia es atrevida.
La educación que debe recibir un pueblo es aquella que permita el desarrollo integral de su país. Que le permita conocer y aprender las ciencias humanas y las tecnologías que permiten a la humanidad avanzar. Que sepa aplicar esas ciencias y tecnologías a su idiosincrasia, a su entorno, a sus necesidades.
Por su parte, la administración de la educación es la función que permite la aplicación de aquellas directrices que los estados estiman más pertinentes para los mejores logros educacionales. Estos logros se constatan en el tiempo si esa educación genera técnicos y profesionales que marcan pautas de desarrollo que trasciendan sus fronteras.
Bajo ese prisma hay países con centros de cultura a los que se recurre o citan sus propuestas. Con referencia a la salud, tenemos a distinguidos personajes de nuestro país que – en momentos tremendamente dolorosos y angustiantes – han recurrido a la medicina cubana. Estas personas no pensaron, por lo insulso e ilógico, que Cuba por la dictadura castrista, no podía servir para el tratamiento que necesitaban por ser marxista. Por principio no comparto, en lo más mínimo, ningún régimen dictatorial. Las dictaduras, de cualquier signo o filosofía religiosa, para mantenerse llevan el germen de la opresión, la muerte, la corrupción. No creo que los corresponsales, todos doctos y respetables, no sepan de esto, más que no sea de oídas.

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