miércoles, octubre 24, 2007

Sename P.Montt. Educación

No es necesario ser avispado, opositor al gobierno ni mucho menos hacer comparaciones odiosas y de siniestros recuerdos que deseamos olvidar, para coincidir que lo ocurrido en Puerto Montt es una muy clara demostración de ineptitudes, negligencias, incapacidades y prepotencia. Esto último ya toda una característica lamentable y frustrante de esta Gobierno de la dictadura sonriente. No es bueno tampoco olvidar que nos encontramos en el desarrollo de una competencia espeluznante de quien propone más medidas para llenar las cárceles. Se construyen inmensos y adecuados centros penitenciarios – a costos millonarios en dólares – para satisfacer desorbitadas ideas que todo se soluciona encarcelando personas. Creo que mucho mejor y más rentable sería el terminar con la miseria, con los ejemplos que se dan de fraudes, robos, malversaciones, aprovechamientos de información privilegiada, contratos simulados, coimas (coimeados y coimeros), sobresueldos, pitutos, en fin, con toda la gama de delitos que a diario vemos se cometen en los ámbitos públicos y privados. Los medios se solazan mostrando delitos y delincuentes. Someramente nos informan de lo que ganan, como lo ganan y como fijan sus remuneraciones los congresales. Un par de líneas para mostrar las insólitas ganancias de la industria bancaria. No olvidemos que esa industria no tiene producción ni chimenea, solamente una succionadora de los dineros de todos nosotros. Las utilidades de las empresas de servicios básicos son inmensas, sin embargo sus tarifas suben. La televisión nos muestra en escenarios estrambóticos, figuras cuyo mérito es engañar a sus parejas, haber sido sorprendidos drogados o ebrios, declarar su condición sexual y toda una gama con valores morales igual a cero. Sin embargo ejecutivos de canales, del Estado, la Iglesia Católica o de empresarios con desmedidas ambiciones políticas, se justifican diciendo que muestran lo que el público pide. ¿Seremos desquiciados mentales, morbosos, masoquistas, voyeristas los chilenos? Me parece que los delincuentes los formamos nosotros mismos y después ponemos el grito en el cielo pidiendo que los encarcelen. Si hay Senadores que afincan su carrera política en exigir mayores penas, más cárceles.

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