Delincuencia ¿Quienes son Culpables?

¿Qué será necesario para comprender que los únicos responsables de la delincuencia, especialmente la juvenil, somos todos nosotros? Partimos la década con irrespetuosidad hacia nuestras instituciones y policías. Recordemos las fotos de manifestantes que apaleaban a Carabineros. Pasamos en seguida a vivir décadas de terror en que las policías eran los siniestros enemigos y torturadores, y la justicia era un aparateje ineficaz y obsecuente Pensamos que volvíamos a la normalidad en que cada uno a lo suyo con la respetuosidad mutua, el apego a las leyes y tribunales cumpliendo su labor por una parte y el respeto a policías, instituciones y jueces por la otra. Sabemos que esto no se cumple ahora. El ciudadano no siente respeto por la justicia – para que detallamos sus insólitos comportamientos de compadrazgos, debilidades y prepotencias – que no le presta la protección como víctima y sus fallos son dependientes de la sala que vea su caso o del juez correspondiente, no lo la lógica y seriedad de los Códigos. De los políticos, mejor ni hablar, apestan Por otra parte los 70 y los 80, dejaron una herencia que hace muy difícil el no tener como blanco de esto y lo otro a las policías. Súmele la nefasta labor de parlamentarios que le dan palos por que bogan y porque no bogan, con tal de aparecer en los medios. Si el accionar de las policías no deja contusos y, por el contrario se hieren o matan a policías, se critica por lo “blando” de su accionar. Sabemos el caso contrario: “brutalidad policíaca” Y ahí están los mismos de siempre acusando de una u otra cosa según sus deleznables oportunismos. Agreguemos una perniciosa televisión Estatal, Católica y empresarial (no se escapa ninguno de los que gritan por la ética y la moral) que nos llena de crímenes, opciones sexuales variadas, (para que no se encabrite locamente nadie) robos, asaltos, malversaciones, aprovechamiento de informaciones privilegiadas, ganancias insólitas, y concluiremos que todos somos culpables y lo seguiremos siendo mientras no comprendamos que vamos directo al enfrentamiento.