Aeródromos - Clubes Aéreos - Ancud - Los Cerrillos

Se dificultan las discusiones al mezclar los argumentos del tema discutido con ideas preconcebidas, generalmente productos del apasionamiento político. El asunto Los Cerrillos y su desmantelamiento no puede servir al tema, más aún cuando se comete el error de pensar eliminar Lo Castillo y Tobalaba para llevar sus operaciones a Los Cerrillos, argumentando que los primeros están en centros urbanos. En primer lugar, no creo que sea una idea clasista y que los ruidos propios de las operaciones aéreas molesten en el barrio alto y deban ser soportados por los sectores de bajos ingresos. Todo esto pues Los Cerrillos está ubicado en un sector plenamente urbano y de una densidad poblacional muy superior a La Reina y Las Condes. En segundo lugar se olvida que grandes aeropuertos – no pequeños aeródromos – se encuentran en medio de capitales y populosas ciudades en muchísimas partes del mundo.
La aviación deportiva es de una importancia indiscutible. Que es alto el costo de su ejercicio, es cierto, pero este es sufragado íntegramente por sus adeptos y no debiera ser materia de crítica, como nadie puede criticar a quienes practican deportes náuticos, o polo, por ejemplo.
La que hace la diferencia de esta práctica deportiva de otras de alto costo, es el extraordinario servicio que prestan a la comunidad, no tan solo la primordial y decisiva en caso de catástrofes, sino el apoyo solidario que prestan sus Pilotos en silenciosos y gratuitos traslados de enfermos y accidentados cuando las urgencias así lo requieren. Impresiona saber de aterrizajes que obligan a iluminar precarias pistas con los focos de los automóviles para salvar una vida. Eso es lo que se debe defender. Que se cuide y atienda cada pista de aterrizaje. Que ninguna sea suprimida. Eso es lo que Chile necesita. Que no contemplemos con frustrante indignación e impotencia, como un excelente aeródromo pavimentado con edificio terminal, torre de control, es ocupado como bodega de maquinarias por la muy Ilustre Municipalidad de Ancud, mientras se cacarean cifras millonarias para la “conectividad” de nuestra Isla Grande de Chiloé.