lunes, diciembre 10, 2007

Las Opiniones deben ser en el lugar y la ocasión adecuada

Si el capital amaba a Lagos, y ahora endilga llamados de atención a la Presidenta, debería ser el trabajo quien hoy la amara. Como esto no sucede, nos encontramos con un extraño desequilibrio que es aprovechado – sin consideración alguna a las formas y a las oportunidades (amanerado lenguaje para señalar un descriterio) – por el señor Ovalle, quien considera que gobernar es sinónimo de mandar, cayendo en la ignorancia típica de quien cree saber mandar, pero que no sabe gobernar.
Que duda cabe, como diría el amado Lagos, que las acciones humanas son perfectibles, por lo tanto los gobiernos también lo son y es justamente la democracia la que actúa proponiendo ideas, corrigiendo otras, criticando las de más allá o aplaudiendo estas, pero con el respeto necesario para ser escuchado y respetado
Muchas veces es posible la crítica a un proyecto o medida atendiendo a sus resultados, pero no se puede presentar un proyecto o idea alternativa, por ser algo complejo y muy especializado. Todos pueden criticar, al tenor de los resultados, el transantiago, pero ¿Quién está capacitado para presentar un proyecto alternativo viable? Solamente equipos de expertos tras largos estudios. En otras palabras se puede criticar con argumentos valederos al ver resultados, sin que esto obligue a presentar alternativas.
Otras situaciones llevan a la crítica con una solución propuesta, v: gr: La absoluta inoperancia culposa de la Superintendencia de Seguros y Valores que no sanciona flagrantes y reconocidas faltas de una Compañía de Seguros en perjuicio de un asegurado. Solución: despedir con cajas destempladas al Superintendente. Pero esta es una solución propuesta, no es una orden de patrón de fundo.
Esto, me parece es la diferencia entre ejercer derechos democráticos y el propiciar gobiernos amados, pero distantes de sus fuentes de origen y renegados de los principios por los cuales fueron electos.

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